Porque tú mis riñones has formado,
me has tejido en el vientre de mi madre;
yo te doy gracias por tantas maravillas:
prodigio soy, prodigios son tus obras.
Mi alma conocías cabalmente,
y mis huesos no se te ocultaban,
cuando era yo formado en lo secreto,
tejido en las honduras de la tierra.
Mi embrión tus ojos lo veían;
en tu libro están inscritos
todos los días que han sido señalados,
sin que aún exista uno solo de ellos.
Texto: Salmo 139, 12-16
Fotografía : tejedora