28 de diciembre de 2009

Alma

Va de cortos, en este caso de animación. Está escrito y dirigido por Rodrigo Blaas, granadino y trabaja para Pixar. Se titula “Alma”. Merece la pena que haya empeñado en ello tres años.


24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad



Si tomo las alas de la aurora,
si voy a parar a lo último del mar,
también allí tu mano me conduce,
tu diestra me alcanza.
Aunque diga: “Me cubra al menos la tiniebla,
y la noche sea en torno a mí un ceñidor,
ni la misma tiniebla es tenebrosa para ti,
y la noche es luminosa como el día.
Porque tú mis riñones has formado,
me has tejido en el vientre de mi madre;
yo te doy gracias por tantas maravillas:

prodigio soy, prodigios son tus obras.
Mi alma conocías cabalmente,
y mis huesos no se te ocultaban,
cuando era yo formado en lo secreto,
tejido en las honduras de la tierra.
Mi embrión tus ojos lo veían;
en tu libro están inscritos
todos los días que han sido señalados,
sin que aún exista uno solo de ellos.

Texto: Salmo 139, 9-16

Fotografía: tejedora


21 de diciembre de 2009

Reflexiones


Hace pocos días, felicitando a una amiga ante las próximas navidades, me comentó que desea que acabe el año cuanto antes. Me contó algunos de los motivos de la misma y la entiendo. Le respondí que, en mi caso, también deseo lo mismo que ella. Justamente, la noche anterior estuve escribiendo en un papel, dividido en dos columnas, lo positivo y negativo de este año. Si todo lo pusiese en una balanza, se inclinaría ligeramente hacia los acontecimientos negativos. Siguiendo con lo que escribí, al lado de lo negativo añadía qué medidas hubiesen evitado que se produjesen para procurar que no ocurran en situaciones futuras, aunque algunos fueron imprevisibles, y al lado de lo positivo, puse los valores que estaban en mí o que pudiese percibir en los demás para que se dieran, además de lo aportado a nivel personal.
Entre lo mejor a destacar del año se encuentra la amistad surgida dentro y fuera del blog. Me aportáis fuerza para escribiros –hubo momentos en que por una serie de obligaciones, no le he dedicado lo suficiente al blog y tampoco me pasé por los vuestros- y ánimos también, aunque he de lamentar que últimamente mis días sean tristes y así lo refleje en lo último que hayáis leído.

Mañana marcho al campo para pasar estos días con mi familia. Tengo muchas ganas de verles, y, aunque sean unas fechas tristes y muy recordadas por los que ya no están desde hace algunos años, el único camino que me queda es seguir, en vez de quedarme estancada. Caminaré entre olivares, recogeré aceitunas –aunque de momento esté suspendida la recolección por la lluvia-, leeré junto al calor de la leña de olivo frente a la chimenea, cocinaré y hablaré con los que me rodean después de tanto tiempo sin vernos. También haré una escapada al pueblo, pues los amigos que llevo tanto tiempo sin ver, desean verme, al igual que yo a ellos.

No me despediré; os escribiré desde allí antes, para felicitaros ante las navidades.

10 de diciembre de 2009

Saborear la felicidad

Me ocurre con frecuencia y no es para menos. Ante una buena noticia de que una amiga espere un hijo, éxitos profesionales, etc., hacen que me alegre bastante, además de notar en sus rostros, letras o voz la felicidad.
Llevo días dándole vueltas a mi felicidad, porque recuerdo la última vez que fui feliz y ha “llovido” demasiado desde entonces; sé cómo se produjo, pero el sabor lo perdí. De veras que tengo muchas ganas de ser feliz. Ansío conseguirla, aunque sea en pequeñas dosis, que es como más la disfruto y tampoco que se acumule, sino que se produzca poco a poco.
Hace poco, fui invitada a un lugar en el que pensaba que saldría feliz del mismo. De hecho, los días anteriores se fraguaron con nerviosismo, porque tenía ganas que llegara tal acontecimiento. Al principio me sentí bien, aunque después tenía ansiedad y ganas en irme de allí cuanto antes. Le pedí disculpas al anfitrión por tenerme que marchar, y, al llegar a casa no pude más que llorar.

¿Por qué quiero ser feliz? Creo que tenemos derecho a serlo, pero sobre todo porque en mi corazón y mente abundan las nubes y va siendo hora de que se vayan.
¿Cuánto tiempo tendré que esperar? Dispongo de paciencia y me temo que llegue a limitarse.

4 de diciembre de 2009

Flan de huevo

Azul, propuso el fin de semana pasado que participásemos –quienes quisiéramos- con la finalidad de compartir recetas culinarias para las próximas fiestas que se avecinan. Le respondí diciéndole que no le aseguraba nada por las tantas cosas que tengo por hacer. Finalmente, me he atrevido con el flan de huevo. Solemos tomarlo en Nochebuena y Nochevieja. Siempre dejo para el final el que comemos en casa, pero desde el mismo día, inclusive temprano, tengo que estar en la cocina preparando algunos por encargo.
Hay dos “inconvenientes”, según cómo lo veáis. El primero es que siempre lo preparo en cocina de gas y el segundo, que la batería que utilizo es de la marca Iber, pero si queréis se puede hacer en flaneras individuales. Para ello se disponen los flanes en el interior de un recipiente con agua, procurando que les llegue el agua hasta la mitad de los recipientes y teniendo cuidado de que no les entre agua.

Ingredientes:
. 6 huevos.
. 3 vasos (de los de beber agua) de leche. Puede ser entera o desnatada.
. 9 cucharadas soperas de azúcar.
. Caramelo líquido (de los que vienen hechos) o si no, se prepara con azúcar y agua.

. Para adornar: azúcar y canela molida.

Preparación:
Lo primero que hago es poner al fuego media olla de agua para que hierva.
Caramelizo el fondo de la flanera.
En un bol añado los huevos, la leche y después el azúcar. Lo bato con ayuda de un tenedor, aunque también pueden servir unas varillas. Cuando la mezcla sea homogénea, la vierto en la flanera y después la deposito en la olla, para que se cuezan al baño maría a fuego fuerte.
El tiempo de la cocción lo calculo clavando una aguja y, si sale limpia, retiro del fuego. Seguidamente, adorno por encima con la mezcla de azúcar y canela.

El resultado…