19 de noviembre de 2008

Madres


Ocurrió hace escaso tiempo, cuando me dirigí a comprar el pan. En el establecimiento, aparte de pan se venden chucherías, bebidas y bocadillos; será por aquello de encontrarse cerca de un instituto. Pregunté a la dueña –una chica más o menos de mi edad- por su madre, ya que hacía tiempo que no la veía y además que le diese recuerdos de mi parte. Me respondió enojada diciendo que no le iba a dar recuerdos de mi parte, pues llevan sin hablarse unos días. Comentó los motivos y para mí eran absurdos, aunque para ella eran importantes. Además me dijo que cuando iba la madre a ayudarla en la tienda, comía chucherías y algún que otro bocadillo, teniéndolo que pagar de su bolsillo.
Se me vino a la cabeza, que tras las vacaciones veraniegas, me dijo que hizo viajes mientras se los costeaba su madre.

Hace dos semanas me ausenté de la ciudad para ir a casa de mis padres por un par de días. El par de días se convirtieron en nueve, porque casi a punto de tener todo preparado para la vuelta, decidí quedarme con ellos. Lástima que traía poca ropa para salir, aunque lo hice poco. Disfruté de la estancia con ellos, así como las conversaciones que hacía tiempo no teníamos.
Una tarde, mi madre quiso dar una vuelta por el centro del pueblo conmigo. Entramos en una tienda de ropa, se probó varias prendas y lo que más le gustó fue un chaquetón. Compró algunas prendas –lo cual me alegra pues ella compra muy de vez en cuando y no me gusta ver cómo repite la misma ropa-. El chaquetón no, por su precio. Mientras pagaba las prendas, hice como si mirara algunos chalecos que estaban en un mueble bien doblados, abrí mi bolso, saqué la agenda para arrancar una hoja, bolígrafo y dinero. Escribí: “Por favor, apárteme el chaquetón que se ha probado mi madre. Mañana vendré a por él”. Doblé la hoja y en medio puse cien euros como señal. Cuando nos dispusimos mi madre y yo a salir del establecimiento, dejé que ella lo hiciese antes que yo para entregar ligeramente la nota y el dinero al hombre que nos atendió.
Al día siguiente fui a recogerlo y entregar el dinero que quedaba pendiente. Cuando regresé a casa se lo entregué a mi madre. No esperaba tal regalo y me abrazó diciendo que no lo merecía. Como dije antes, se despreocupa por su ropa, vi que le quedaba bien el chaquetón y me gusta verla guapa y elegante como siempre la he visto.
Se avecinan tiempos en que tengo que comprar los regalos para Navidad, estoy sin trabajo, pero no me ha importado en absoluto hacerle este regalo. De hecho me sentí muy feliz.
Tanto a ella, como a mi padre –ellos lo saben- les agradezco infinitamente que me encuentre aquí gracias a ellos. En definitiva, que me hayan dado algo tan grandioso como es la VIDA.

Y todo esto de la vida, el agradecerle tanto a nuestros padres – en éste caso a la madre- fue lo que le dije a la chica de la panadería. Añadí unas palabras con el único sentido de que ella se esforzase en hacer las paces con su madre y no ha sido posible, pues hoy, al ir nuevamente por el pan, le estaba comentando a otra clienta lo mal que se lleva con su madre.

Sé que pueden ser relaciones difíciles, a veces, las de madres-hijos/as, y aunque consideremos a la madre como una amiga, hay que hacer lo posible en no tener enemigos y por mucho que cueste, hacer las paces.

10 comentarios:

Paula dijo...

Hola corazón. Las relaciones son difíciles. Todos tenemos nuestro punto de vista. Y cuando son entre familiares, es más complicado. Parece que estamos obligados a comportarnos de formas establecidas y también esperamos más de los demás, o nos sientan peor cosas que a gente de fuera sí les permitiríamos.
Desde el papel de hija, no me gusta estar enfadada con mis padres, por lo que tú dices, ya que les debo mucho, pero también hay actitudes que veo que fuerzan por ser quienes son.
Desde el papel de madre, sé que no hay nada que me haga rechazar a mi hijo, ya que es lo más hermoso que se ha cruzado en mi camino, el que le da sentido a todo lo que hago y por el cual gira mi existencia. La vida da muchas vueltas, pero, para bien o para mal, yo siempre seré su madre.

Lourdes dijo...

Tienes razón. A veces discutimos y nos enfadamos por tonterías, y no sólo con la familia, tb con los amigos, los compañeros... pero lo importante es no dejar que eso se agrande y que pase el tiempo sin intentar arreglarlo.
Más que nada, porque luego cuando ya es demasiado tarde, no somos capaces de superarlo.

Besos, Tejedora.

Esther dijo...

Hola es verdad a veces las relaciones entre padres e hijos son dificiles..Yo he chocado en muchas ocasiones con mi madre pero bueno la quiero y me quiere y acabamos arreglandolo.. es lo que hay que hacer, se discute con todos,amigos,padres hermanos.. pero luego si hay cariño se hacen las paces..

un beso

Paula dijo...

Tengo deberes para tí... hoy me he despertado curiosona.
Pásate por mi rincón y sabrás a qué me refiero.
Besiños

El club de los Parados dijo...

me siento afortunado porque la comunicacion en mi familia es muy buena...y eso me hace sentirme fuerte
Una sonrisa
Nos leemos

Clau dijo...

Buenisimo lo que escribiste, me senti tan personificada, tengo 4 hijos , son tan diferentes, que es dificil llevar una relacion simple y tranquila. VOY A SEGUIR VISITANDOTE. SUERTE!!!

Anónimo dijo...

Ese no sólo ha sido un regalo para tu madre, creo que también fue un regalo para tí, y para nosotros que nos deleitamos al leerte
Un abrazo
Faladomi
(www.faladomi.wordpress.com)

tejedora dijo...

Ayla:¡Cuánta razón llevas! Además clarificada desde dos puntos de vista. Me quedo con lo último que has escrito, sobre estar siempre con tu hijo en diferentes circunstancias que puede tener la vida. Hace poco escuché a una madre enfadada con su hijo que decía “Con la cuchara que tiene es con la que comerá” Egoísta, ¿no?
Acerca de los deberes, respondí en tu blog.
Besos.

Lourdes: Como todo se haga una bola… demasiado difícil. Surgiría la pregunta: Y ahora, ¿por dónde empiezo?
Besos.

Esther: El cariño es algo que impulsa a hacer las paces. Y si es tan grande…
Un beso.

El club de los Parados: Ojala que siempre siga así. Me alegro mucho.
Una sonrisa y nos leemos.

Clau: Gracias por tu visita. Pues a mi madre le ocurrirá lo mismo con mis hermanos y conmigo. Somos diferentes, aunque ella diga que me parezca a ella en la parte física y en que tenemos demasiados nervios.
Te visitaré; espero tener un poco de tiempo, pero a buen seguro lo haré.
Suerte para ti.
Un beso.

Faladomi: Gracias, también a ti, en estar aquí. Al ser un regalo mutuo, es algo que no se olvidará nunca.
Lo mismo que a Clau, espérame en tu blog, por favor, que me pasaré.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

pues sí, y además lo pasa uno muy mal cuando anda peleado con alguien cercano

s

tejedora dijo...

Amor: Tanto que se encuentra en un “sin vivir”.

Un beso.