
Día de fin de año… muchos harán balance de lo bueno y malo (como dice la canción de Mecano). En particular lo hago todos los días al acostarme; reflexiono quizás en demasía y saco mis propias conclusiones.
En éste año ha habido de todo, aunque de lo malo se aprende e incluso me hace tener una especie de coraza para la próxima vez, en definitiva, para sentirme más fuerte.
Cuando daban las doce campanadas de final de año, y además era pequeña, me reía cuando los demás tomaban las uvas. Ahora, son mis hermanos quienes se ríen de mis padres y de mí –a ellos no les gustan las uvas-. Los últimos años tomo cada uva al son de las campanas, intentaré que esta año sea así. Pido deseos por cada uva; el primero, sin lugar a dudas la salud, pero uno de ellos estará reservado para vosotros. Lourdes (http://cuadernodebitacora-lourdes.blogspot.com/): ya somos dos las que hacemos esto.
Estoy en la ciudad. Cuando se publique esta entrada estaré preparando la maleta para visitar a mis padres y hermanos, para disfrutar de su compañía durante unos días. Seguro que, cuando llegue a casa, mi madre no parará en decirme que prepare el postre para esta noche; ya lo tengo pensado: será un flan de huevo casero.
Y después de las campanadas no saldré de casa. Me quedaré al lado de la chimenea viendo alguna película, leyendo un libro o hablando con los míos… hasta que tenga sueño; entonces… a dormir.
Deseo de todo corazón que tengáis un buen año entrante y saliente. Que se cumpla todo o parte de lo que pidáis.