25 de enero de 2009

El río de la vida


El río nacía en los picos de una formidable montaña y saltaba, embravecido, soltando brillantes gotitas que relucían al sol. Nada detenía su paso. Cuando un obstáculo se interponía en su camino, lo saltaba, lo atravesaba o lo bordeaba. Era valiente, osado, generoso y flexible.
Un día llegó a las cálidas arenas de un desierto y se lanzó a atravesarlo. Pero pronto se dio cuenta de que sus aguas desaparecerían en la arena, y se asustó. Aunque fue considerando las más diversas alternativas, no encontraba ninguna solución. Inmerso en sus dudas, oyó una voz que le decía:
- El viento cruza el desierto y también lo puede hacer el río.
- El viento puede volar y yo no- respondió.
- Si te lanzas con violencia, como has hecho hasta ahora, no conseguirás cruzar el desierto –dijo la voz-. Debes dejar que el viento te lleve a tu destino.
- Pero, ¿cómo me va a llevar?
- Debes consentir ser absorbido por el viento –afirmó la misteriosa voz.

Esta idea no era aceptable para el río. No quería perder su identidad y era demasiado arriesgado ponerse en manos de un viento desconocido.
- ¿Y si, cuando haya perdido mi forma, no puedo recuperarla de nuevo? – se angustió.
- El viento cumple su función –respondió la voz-. Eleva el agua, la transporta a su destino y la deja caer en forma de lluvia. Entonces, el agua vuelve a ser río.
- Pero, ¿no podría seguir siendo siempre el mismo que soy ahora?
- En ningún caso puedes permanecer igual. Tu esencia debe ser transportada para formar un nuevo río.

El río desconfiaba de la voz; podía perderlo todo si le hacía caso. Pero una vocecita interior le decía que fuera valiente y asumiera el riesgo. Entonces, en un formidable acto de confianza, elevó sus vapores en los acogedores brazos del viento, que los trasladó hasta la cima de una montaña lejana, donde los dejó caer. A medida que las gotas de agua caían y se volvían a reunir formando un riachuelo, algo parecido a la felicidad embargó al río. Y, de repente, lo comprendió todo:
- Mi esencia es el agua, sea en el estado que sea. Al transformarme, he podido continuar siendo yo mismo. De no haberlo hecho, me hubiera perdido.

Aplícate el cuento: relatos de ecología emocional, de Mercé Conangla y Jaume Soler.

“Este cuento plantea la importancia de ser flexible, pues no hay una sola respuesta a los retos de la vida. Es la confianza lo que nos da el valor que nos permite fluir y aprender.”

17 comentarios:

Catman dijo...

y como el bambu ante el ciento, a veces es necesario ceder, que ofrecer resistencia, asi podremos aprender..
bonito cuento :)
un beso dominical

Paula dijo...

Bonito ejemplo. Tenemos que abrirnos a las opciones que nos ofrece la vida. A veces es necesario doblegarse a ciertas cosas para poder conseguir otras. Y no por eso dejamos de ser nosotros.
Ay la esencia... qué importancia tiene
Besotes.

Ana dijo...

Es cierto...Es importante ser flexible.
Muchos besos.

Anónimo dijo...

"el morir para poder vivir" es una moraleja inquietante pero que muchas veces es la única posible.

Cuando tomas una decisión que cambiatu vida, matas tu vida anterior para poder nacer en una vida nueva.

A menudo he pensado en ello.

Un abrazo y muchas gracias por el cuento...

Esteban

VIVIR dijo...

Hay que morir de amor....

Te obsequio de todo corazón con dos premios...

¡Premio Dulzura! y

¡Premio luz en el alma! ....

Un beso

Lourdes dijo...

Muy bonito cuento. Real, como la vida misma.
Es cierto que a veces, es necesario "pasar por el aro" para conseguir lo que buscamos... Y no dejamos de ser nosotros mismos, no. Somos nosotros siempre, aunque quizás más sabios, más expertos, más fuertes... no?

Besos, Tejedora.

Anónimo dijo...

muy bonito el cuento y su moraleja.
Desconocía la asociación entre los términos: ecología y emocional. Suena muy bien (en forma y contenido)
un abrazo

Cristinaa dijo...

Hay veces en los que hay que parecer ser otros para conseguir llegar a ser nosotros mismos, es lo que hay...
Un besazo!

Lourdes dijo...

Me he acordado de que tb lo decía Bruce Lee en un anuncio de la tele:
"Be water, my friend"...

Ay, qué filósofos ha tenido el mundo, por Dios!

jejej

Mustafa Şenalp dijo...

Çok güzel site.:)

SANTIAGO LIBERAL dijo...

bueno a veces somos pocos flexibles
un abrazo, encantado de leerte

SeaSirens dijo...

Cuento con moraleja...Quedó hermoso!
Asumir nuestros propios logros en el progreso, es cosa de flexibilidad contigo y tu entorno.

Tu rio, ha tomado realmente mucha vida. Gracias!

Muchos besos tejedora!!

VIVIR dijo...

Te regalo... ¡Blog con Esencia!

Recogelo en mi blog...


Un beso fuerte....

SeaSirens dijo...

Te vuelvo a escribir, porque te he dejado en mi blog, dos premios para ti. Porque tus letras me transmiten sensaciones, porque siempre estás ahí.
Gracias!

Besos!

Lunaria dijo...

Muchas veces aunque no queramos, tenemos que ser flexibles amoldarnos a las situaciones. Todo esfuerzo al final tiene su recompensa.
Abrazos.

Carmen dijo...

¡Qué bonito cuento!
Es cierto que a veces tenemos que doblegarnos pra poder conseguir lo que queremos.

Un besito!!!

tejedora dijo...

Gracias a todos/as por vuestros comentarios. Noto que os ha gustado el cuento. Intentaré, más adelante, poneros algunos más.
A Juan y SeaSirens: ¡Muchas gracias por vuestros premios! En cuanto pueda me paso por vuestros blogs para agradecéroslo de nuevo y recogerlos.

Muchos besos.