30 de mayo de 2009

Un encargo...




Carmen me ha pasado el siguiente meme. Es el primero que hago. A ver qué tal sale.


Las reglas son las siguientes:

Responder a las preguntas en tu blog.
Cambia una pregunta que no me guste por otra inventada por mí.
Añadir una pregunta creada por ti.
Pasarlo a 8 personas.


¿Un buen lugar para relajarse?
Elijo dos: el campo y la playa. Me ayudan a meditar o realizar cualquiera de mis aficiones.


¿Te echas la siesta?
Ahora mismo no, pero en cuanto acabe el examen aprovecharé. Me gustan las siestas breves.


¿Quién ha sido la última persona que has abrazado?
A una amiga y compañera de antaño de costura que vi esta mañana en el supermercado. Tiene cáncer, necesitaba ánimos y no me costó nada dárselos.


¿Tu plato preferido para la cena?
Algo ligero, puede ser un sándwich vegetal o fruta y un yogur desnatado.


¿Cuál es la última cosa que te has comprado?
Los libros que mostré aquí y un par de sandalias de Pilar Burgos (muy baratas de precio para no estar en periodo de rebajas).


¿Qué escuchas ahora mismo?
Cantar de los pájaros al pasar por la ventana, niños gritar mientras juegan en el parque y música de Vicente Amigo (cómo toca la guitarra éste hombre).


¿Tu estación preferida del año?
Me gustan todas; reconozco que hace unos años me gustaba más el invierno.


¿Qué tienes en el armario de tu baño?
Cremas, champú, acondicionador, sales, espuma de baño, leche corporal, jabón de canela y lima…


Dí algo a la persona que te pasó este meme…
Carmen es de las primeras personas que comenzó a opinar en mi blog. La noto cercana -aparte de residir en la misma ciudad- por lo que transmite en su blog. Derrocha simpatía por doquier, como se suele decir. Se nota que es amiga de sus amigos. Prepara unas recetas de cocina que tengo pendientes llevarlas a la práctica.


Si pudieras tener una casa totalmente amueblada gratis en cualquier parte del mundo… ¿Dónde te gustaría que estuviera?
Donde me hallo: en Sevilla. Me costaría mucho separarme de esta bonita ciudad.


Lugar favorito de vacaciones.
Me es indiferente pasarlas en lugar de costa, montaña, etcétera. ¿Por qué no pasar vacaciones en el mismo lugar donde una reside? Me gustaría volver a ver de nuevo pasos de Semana Santa por la calle.
Quisiera volver a París, donde estuve hace muchos años y conocer Roma, la Toscana y Praga.



¿Cuál es tu té favorito?
No me gusta el té.


¿De qué te gustaría librarte?
De la hipocresía.


¿Qué querías ser de pequeña?
Periodista. Recibí un magnetófono como regalo y realizaba “entrevistas” a mis abuelos. Seguidamente, rebobinaba la cinta, la escuchaban y se reían. También recortaba noticias de prensa escrita y hacía un "informativo", grabándome a mí misma.


¿Qué echas de menos?
La paz mundial y el diálogo que lleve a buen camino (nada fácil).


¿Qué estás leyendo ahora mismo?
La elegancia del erizo.


¿Cuál es tu marca preferida de vaqueros?
No tengo una marca concreta. Los que uso son del mercadillo y me gusta como me quedan.


¿Qué pieza de diseñador de ropa te gustaría tener?
No poseo título de diseñadora, pero algo propio por qué no. Lo he hecho muchas veces, cuando tengo tiempo y me pongo en ello.
Me gustan, también, los diseños de Ángel Schlesser. Pero como no me puedo permitir adquirirlos, los contemplo.


¿Vivirías tu vida de otra manera a como la vives ahora?
Sí. Pero sólo un poco.

¿Volverías a crear tu blog?
Claro. Hace un año, por este tiempo, ni lo pensaba y ahora…


La pregunta de Tejedora… ¿Qué obra pictórica te gusta?
Cualquiera perteneciente al Barroco.


La pregunta de Carmen… Algo que no harías nunca.
La violencia en todos sus sentidos.


La pregunta de Alijodos… ¿Quiénes son las personas más importantes en tu vida?
Familiares y amigos. ¡Ah! Mis gatos, también los considero “personas”; les falta “hablar”.


La pregunta de Nameji: no podría vivir sin…
El cariño de los demás. Reconozco aportar cariño, aunque lo necesito.


La pregunta de Adegea es… ¿Cuál es tu hombre ideal?
Respetuoso, honrado, educado, sencillo y con un breve toque de humor.


La pregunta de Xocolat es… ¿Qué prenda que tengas en casa tiene valor sentimental para ti y por qué?
Se encuentran guardados, aunque los saco de vez en cuando para recordar. Son vestidos que me hacía mi abuela cuando era pequeña.



La pregunta de Ratona Presumida es… ¿En el armario de que famosa te gustaría perderte?
En el de la chica del anuncio de Heineken, jajaj.


La pregunta de Motoyica es… ¿Cuál es la combinación de colores que más usas?
Rojo, negro, beige, y gama de verdes.


La pregunta de Madame Chevreuse es… Tres cosas de las que te sientas orgulloso/a…
Familia, amigos y ser responsable.


La pregunta de Alma Master es… ¿Cuál es tu mayor defecto y tu mayor virtud?
Mi mayor defecto es que me preocupo más de mis defectos que virtudes. Mi mayor virtud: la bondad.


La pregunta de Ana es… ¿Qué serías capaz de hacer por un amigo?
Todo lo que fuese posible. Sabe que me tiene ahí.

Nomino al que quiera hacerlo. ¡Animaros!

28 de mayo de 2009

Las hermanas Grimes


"Ninguna de las hermanas Grimes estaba destinada a ser feliz, y al echar una mirada retrospectiva siempre da la impresión de que los problemas comenzaron con el divorcio de sus padres." Así empieza esta magistral novela del autor de Vía Revolucionaria: la historia de dos hermanas que construyen sus vidas por caminos opuestos. Para Sarah, el matrimonio y la vida familiar son un refugio seguro, aunque no garanticen la felicidad. Emily, en cambio, busca en un hombre tras otro las respuestas que no puede darse a sí misma, y procura en vano huir de la soledad. La Nueva York de los años treinta a los setenta, a la que llegan los ecos de la Segunda Guerra Mundial y del psicoanálisis, es el escenario de esta novela valiente y demoledora, profundamente humana.


Sarah y Emily Grimes son hijas de un reportero frustrado que trabaja como copista en un panfleto reaccionario y de Pookie, como le gusta que la llamen, una mujer parlanchina, que hace gala de unas injustificadas aspiraciones de clase y cuyos adjetivos preferidos, repetidos hasta el extremo de perder todo su sentido, son “maravilloso” y “delicioso”. Tras la separación del matrimonio, las niñas se quedan con Pookie, que empieza una peregrinación por distintos empleos y domicilios. Sarah, la mayor, hace suyas las aspiraciones de su madre: encontrar un marido maravilloso, vivir en una casa deliciosa y tener hijos que sean ambas cosas. Emily, por su parte, es la independiente, la liberal, la que aspira a ir a la universidad y tener una carrera. Ambas consiguen lo que quieren. Sarah se casa con un hombre que se parece a Laurence Olivier, se muda al campo y es madre de tres hijos. Emily consigue una beca universitaria, estudia literatura y entra en una agencia publicitaria; por el camino conoce a buen número de hombres.



Las hermanas pasan por una serie de malos tragos en nada ajenos a lo que cualquier persona puede experimentar: el envejecimiento y muerte de los padres, la mudanza de carácter de las parejas, los trabajos que se revelan infructuosos, la continua postergación de ciertos sueños… La familiaridad de los baches que sufren las Grimes, el modo natural como se suceden -no por previsible menos sobrecogedor- y la forma en que es mostrado el paso del tiempo -como agua sucia que corre entre los dedos dejándolos cubiertos por una película desagradable- hacen que esta novela se lea con un nudo en el estómago. Un nudo que nunca se destensa. Pero gracias al buen oficio de Yates no dejamos de pasar las páginas.



Lo que mayor desasosiego produce es el discurrir del tiempo. En poco más de doscientas páginas, Yates concentra la vida de varias personas, y en particular la de Emily, la hermana pequeña y personaje central de la novela. Pero lo peor no es la rapidez con que se suceden los acontecimientos, sino su carácter infructuoso. O aparentemente infructuoso.



A pesar de todos sus deseos de independencia Emily no es tan impermeable como piensa a los adoctrinamientos de su madre. Sin ser plenamente consciente de ello busca una vida tan perfecta y ordenada, tan de color de rosa como la que (aparentemente) disfruta su hermana. Nada le parece lo bastante bueno, ningún trabajo, ningún hombre, ninguno de sus intentos por convertirse en escritora…



Cada vez que Emily se encuentra en una situación que la incomoda, la confunde o la frustra, o cada vez que la vida la deja en la cuneta, siempre dice lo mismo: «Ya veo». Pero no es cierto. En realidad no ve nada. No ve que sus sucesivas parejas llevan los defectos expuestos en la solapa: el universitario impotente, el poeta atormentado por su declive creativo, el ejecutivo que sigue enamorado de su primera mujer… Ella sólo ve idealizaciones de lo que podría llegar a ser.



Al final, a fuerza de equivocarse, Emily abandona sus sueños de perfección. Se carga de tristeza y rencor contra todo y todos los que la rodean. Y una vez más vuelve a equivocarse. Vuelve a no ver. Porque es cierto que la perfección resulta inalcanzable, pero hay personas y objetivos en los que confiar, y están ahí, presentes, desde siempre, sólo hay que enfocar la mirada para verlos.

22 de mayo de 2009

¿Defecto o virtud?


Como buena Leo, mi gran defecto es el orgullo. No es que yo crea demasiado en el horóscopo, pero desde luego en esto da en el clavo; tengo un orgullo de esos que antiguamente se denominaban “demoniacos”. En otras palabras, soy capaz de hacer verdaderas estupideces cuando alguien hiere mis sentimientos o me siento ninguneada. Hasta ahora siempre había considerado este rasgo de mi carácter como algo muy negativo (ni se imaginan las cosas que he hecho por orgullo magullado), por eso ha sido una sorpresa encontrar un artículo en un periódico norteamericano que descubre que el orgullo no sólo es positivo, sino que es una inestable virtud. Por lo visto, con esto de la traída y llevada crisis, psicólogos de diversas universidades se han dedicado a estudiar las distintas actitudes de las personas que se quedan sin trabajo. Mire usted a su alrededor en las plataformas de los trenes de cercanías, en la parada del autobús, en la calle, dice uno de esos estudios. Es muy posible que lo que estén haciendo muchos yuppies que vea por ahí con trajes de Armani, tirantes superfashion y cara de muy ocupado es apresurarse, no hacia sus carísimos despachos, sino hacia la cafetería de la esquina. ¿Engaño? ¿Una forma patética de ocultar que están en la calle? Según los psicólogos, esta actitud, lejos de ser frívola y engañosa, es una muy eficaz estrategia que remite a mecanismos mentales perfectamente justificados, que podríamos llamar “la estrategia del orgullo”. Hasta ahora, el orgullo, como estrategia social, no había sido especialmente estudiado. Frente al miedo, el júbilo y otras pulsiones humanas, el orgullo se consideraba demasiado variable según las diversas culturas como para medir su eficacia. Se ha descubierto, sin embargo, que contrariamente a lo que se cree, las expresiones de orgullo –elevar la barbilla o poner los brazos en jarras, por ejemplo- son idénticas en todas partes del mundo.

Durante las Olimpiadas de 2004 se estudió, además, que las demostraciones de triunfo (alzar los brazos, golpes en el pecho con los puños cerrados, etcétera) eran idénticas en atletas de los cinco continentes y también las manifestaban los atletas ciegos y paralímpicos.
El estudio fue más allá y descubrió algo completamente inesperado: que la gente asocia una expresión de orgullo al éxito, aun cuando quien la realice sea una persona de menor consideración social, mientras que a un supuesto líder que se muestre avergonzado se tiende a despreciarlo. Todas estas interesantes observaciones se han puesto ahora en relación con la actitud que las personas adoptan ante la adversidad, ante la pérdida del empleo, por ejemplo, o ante la ruina económica o un revés amoroso. Y al hacerlo se ha comprobado que poner al mal tiempo buena cara no es sólo una bonita frase, sino una muy eficaz estrategia. Lo es porque el orgullo (hablamos siempre del orgullo sano, no de la soberbia o la arrogancia) no sólo proyecta una imagen positiva, sino que actúa como un imán sobre las demás. En efecto, según estos recientes estudios, una imagen de orgullo denota una sensación de seguridad, de valía personal. Además, los psicólogos han descubierto que fingir una actitud de orgullo irradia una imagen de seguridad que, a su vez, hace sentir más seguro al fingidor. Todo esto se debe, por lo visto, a que el orgullo engendra perseverancia. Y la perseverancia es, por lo menos en mi experiencia, mucho más útil que la inteligencia, e incluso que la preparación, a la hora de alcanzar cualquier objetivo. Tal vez por eso yo, a pesar de que siempre he considerado mi orgullo un gran defecto, si soy sincera y miro para atrás en mi vida, me doy cuenta de que, así como me ha hecho cometer algunas tonterías, también me ha ayudado muchísimo. Como yo les he contada alguna vez, ni se imaginan la de metas que he alcanzado sólo por darles en las narices a unos cuantos.

¿Orgullo hipertrofiado el mío? Sin duda, pero ahora por fin comprendo eso que tanto se dice de que todo el mundo tiene los defectos de sus virtudes (y viceversa).


Texto: Carmen Posadas
Ilustración: Ángel Pantoja











19 de mayo de 2009

En la Feria del Libro


Se celebra estos días la Feria del Libro en Sevilla. Podemos encontrar presentaciones de libros y conferencias entre otros. No quise perderme tal evento, además, tenía muchas ganas que llegara, así que acudí el fin de semana pasado.

Llevaba una lista en la que anoté libros que quería adquirir, unos los conseguí y otros no, aunque traje consigo algunos que no se encontraban en la lista.

Os muestro a continuación dos fotos: una de ellas es un aspecto de algunos de los setenta expositores que hay en su totalidad, y la otra son los libros que compré y comenzaré a leer de un momento a otro. Estos libros se han unido a la larga lista que esperan tanto en cajas como en la biblioteca de casa. Compartiré el comentario de cada uno de ellos con vosotros.





No se puede apreciar bien en la foto el título de los libros y sus escritores. Los pongo a continuación:

. Nuria Roca: Los caracoles no saben que son caracoles (llevaba un regalo que es “Una mujer en el mundo es una novela”, se trata de un libro en blanco para poder escribir).
. Tobias Wolff: Aquí empieza nuestra historia.
. Paolo Giordano: La soledad de los números primos.
. Juan José Millás: Los objetos nos llaman.
. Pavel Kohout: La hora estelar de los asesinos.
. Hustvedt: Elegía para un americano.
. Jabier H. Pizarroso: Suplicando ternura a los gatos.
. Torcuato Luca de Tena: Los renglones torcidos de Dios.

18 de mayo de 2009

Mario Benedetti


Tus manos son mi caricia

mis acordes cotidianos

te quiero porque tus manos

trabajan por la justicia


si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos


tus ojos son mi conjuro

contra la mala jornada

te quiero por tu mirada

que mira y siembra futuro


tu boca que es tuya y mía

tu boca no se equivoca

te quiero porque tu boca

sabe gritar rebeldía


si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos


y por tu rostro sincero

y tu paso vagabundo

y tu llanto por el mundo

porque sos pueblo te quiero


y porque amor no es aureola

ni cándida moraleja

y porque somos pareja

que sabe que no está sola


te quiero en mi paraíso

es decir que en mi país

la gente viva feliz

aunque no tenga permiso


si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos.


Te quiero.- Mario Benedetti
Ilustración: Soledad Doria

15 de mayo de 2009

Los Baldrich




Desde muy joven, Jenaro Baldrich tiene claros sus objetivos: formar una familia, fundar un negocio en la maltrecha Barcelona de posguerra y llegar lo más alto posible. Nada impedirá que se dedique a la conquista de sus ideales, aunque en el camino olvide el sueño de un clan unido y bien asentado.

Ésta es la crónica de una ambición, la historia de un hombre capaz de todo menos de traicionarse a sí mismo. El retrato certero de una familia acomodada en la que los hijos deberán huir de un hogar opresivo antes de que el noble apellido Baldrich acabe con ellos.

La codicia y la incomunicación, pero también la generosidad, el amor y la lujuria dan cuerpo a esta fascinante novela de Use Lahoz. Un relato agridulce de la España del último siglo que posee la maestría de las grandes sagas clásicas.



Jenaro Baldrich nace en Tarragona, hijo de una familia situada bien económicamente y de ideología derechista, tiene claro desde sus primeros años cuál será su papel en la España de la posguerra en la que tuvo que vivir. Se traslada a Barcelona para realizar sus estudios universitarios, crea una familia y su negocio vinculado con el sector textil con la finalidad de fabricar y vender ropa de calidad destinado a la clase media-baja de la maltrecha y gris Barcelona de posguerra, aunque con suficiente ambición para vender al resto de España y exportar artículos a otros países.

El primer hijo tarda en llegar y me sorprende la forma en que Jenaro resuelve cómo tenerlo, ya que es algo especial. A los pocos días de nacer el primer hijo, Sagrario, su esposa, queda embarazada de un segundo hijo, Rodrigo, y años más tarde de Nati. La vida de la familia transcurre entre un piso situado en el centro de Barcelona y una vivienda en Valldoreix.

Mientras la firma de ropa se va haciendo un hueco importante, los hijos de Jaime no satisfacen los deseos que él puso en ellos. Su primer hijo y la menor se identifican con ideologías de izquierdas y Rodrigo, aprovecha para estudiar Derecho e instalarse en la empresa de su padre, pero en el fondo le gusta poco trabajar y sí vivir en la abundancia.

La existencia de la hija de Jenaro, que se traslada a Madrid, muestra paralelamente la vida que lleva en dicha ciudad a medida que España entra en la transición.

Sagrario y Charo (la chacha) viven como almas gemelas la adaptación a unos nuevos tiempos sin querer tomar la iniciativa, dejando a Jenaro y los hijos varones tomar las riendas de todo, incluido su porvenir, sin discusiones de por medio.

La novela refleja hechos puntuales, muy bien intercalados en el tiempo, dan el toque de color y cultura como las manifestaciones políticas, partidos del Barça, cantantes, conciertos, etc.

4 de mayo de 2009

¡Ayuda!


Reconozco que a veces la informática me puede. Hoy me centro en mi blog y es que me gustaría, más adelante, poner en entradas más de una foto, fotos y videos o con tan sólo “clickear” una palabra, se deriva directamente a un enlace.

A algunos/as puede pareceros de lo más fácil, aunque llevo en ello unos días y no doy con lo que busco tras reiterados intentos.

Agradecería me ayudarais en esto, por favor. Podéis añadir enlaces o lo que veáis conveniente.

Seguramente, cuando logre hacerlo, me diré a mi misma lo ingenua que he sido y por qué no he caído en ello antes.

¡Gracias adelantadas!

1 de mayo de 2009

Cumpleaños



Hoy hace treinta y escasos años que asomaste a la vida. Niña hecha mujer que desde sus comienzos lleva consigo docilidad, bondad, respeto, ternura, educación y responsabilidad.

Cuántas cosas sé sobre ti desde que comencé a conocerte hace ya algunos años.
Has compartido conmigo (mayormente desde la distancia) alegrías y no tantas alegrías, como hoy, que estarás sola y en la que seguro que en tu soledad habrá más lágrimas que sonrisas. Ya que he mencionado lágrimas, sé que la mayoría de ellas vienen por la falta de cariño que has tenido desde que naciste y a pesar de ello eres una GRAN persona. Te sigo preguntando: ¿Por qué quieres a los demás si te ha faltado cariño? Ese cariño lo demuestras en forma de ánimos, por ejemplo, y en el fondo, como sueles decir, tus ánimos están apagándose poco a poco. A pesar de ese cariño inexistente, eres una mujer fuerte, porque, día que pasa es un apremio fuerte hacia la vida.

Eres conocedora, junto con mi impaciencia, de los ánimos que te doy para con ese PROYECTO que llevas en el día a día y que espero pronto se cumpla, aunque sea muy difícil, y no imposible alcanzarlo.

Felicidades.